La construcción de edificios basada en impresión 3D puede significar la llegada de la nueva revolución industrial al sector y es una oportunidad para diferenciarse de la competencia, rebajar los costes y sortear la crisis económica.
Un consorcio de importantes empresas participa en un proyecto estratégico, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, que pretende introducir las tecnologías de impresión 3D en el sector de la construcción, tanto en el ámbito de la obra nueva como de la rehabilitación y la restauración de patrimonio.
Denominado "3DCONS: Nuevos Procesos de Construcción Mediante Impresión 3D", cuenta con un presupuesto de algo más de ocho millones de euros y un plazo de realización de tres años y medio, tras haber sido aprobado en noviembre pasado.
El proyecto supone "la puerta a nuevas formas de construir", donde se podrá pasar de "un diseño tridimensional a fabricar un elemento constructivo de forma automatizada", ha resumido a Efe el subdirector de I+D de Vías y Construcciones (Grupo ACS), Carlos Martínez Bertrand.
"El desarrollo de esta tecnología desde España nos situará a la vanguardia del sector a nivel internacional tanto en el ámbito de la construcción, donde ya ocupamos una posición destacada, como en otros sectores tecnológicos de alto valor añadido", ha subrayado Martínez Bertrand.
En realidad, su puesta en marcha supone un compendio que abarca el desarrollo de la robótica, la búsqueda de nuevas gamas de materiales para la construcción y el impulso tecnológico del diseño y la edificación, han indicado a Efe dos directivos de CYPE, Benjamín González y Carlos Fernández.
La caída de precios de las tecnologías hace prever que en menos de una década será común el uso de la impresión 3D en muchas áreas de las actividades económicas, por lo que es "obligada cuanto antes" la entrada del sector de la construcción, según CYPE.
El proyecto contempla el desarrollo de nuevos sistemas robóticos para imprimir elementos constructivos a escala real o rehabilitar fachadas mediante impresión directa sobre elementos verticales, sin apenas molestias para los usuarios del edificio, lo que constituye un verdadero reto sin precedentes.
"También se buscan nuevas gamas de materiales que permitan controlar sus propiedades térmicas y estéticas en cada punto de aplicación y nuevas herramientas de diseño que conviertan los planos y modelos del edificio en órdenes de fabricación para los sistemas de impresión a escala real", ha explicado Martínez Bertrand.
Al prescindir de moldes o sistemas de encofrado, la tecnología de impresión 3D posibilita la fabricación de formas geométricas hasta ahora impensables a nivel práctico, lo que abre la libertad creativa a los arquitectos.
Una de las dos aplicaciones prácticas del proyecto se centra en la impresión de piezas singulares o prefabricadas a la carta, lo que contribuye a nuevas soluciones tales como elementos con curvatura variable adaptándose mejor a los soportes de las edificaciones y a un ahorro de materiales.
Otras ventajas de esta tecnología son la reducción de riesgos laborales asociados a trabajos en altura y la optimización en el consumo de materiales con una producción cero de residuos.
Las empresas que intervienen en el proyecto son Vías y Construcciones (coordinadora del proyecto), Saint Gobain Placo Iberica (productora de yeso y placas de yeso laminado), Lafarge (fabricante de morteros y hormigones), Proingesa (ingeniería de automatización de procesos) y CYPE.
También participan las compañías Geocisa, cuya actividad está centrada principalmente en la rehabilitación de patrimonio, y Atanga, estudio de arquitectura e ingeniería especialista en modelado de información de edificación (BIM, Building Information Modeling) e integración de sistemas 3D en la construcción.
En el desarrollo del proyecto colaboran el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (CSIC), la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Burgos, el Centro Tecnológico CARTIF y la Fundación CIM.